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REDUCE LA VELOCIDAD, PRESTA ESPECIAL CUIDADO A LAS MANIOBRAS, AUMENTA LA DISTANCIA DE SEGURIDAD
La conducción se complica cuando las condiciones meteorológicas influyen en el estado de la vía, adaptar la conducción y reducir el riesgo, es esencial en días de lluvia, nieve o granizo.
Hoy en este artículo queremos hablar de las condiciones meteorológicas adversas más comunes, sobre todo en invierno, y cómo debemos reaccionar, si vamos al volante de nuestro coche.
Si tienes que conducir con condiciones meteorológicas adversas, lo más sensato es reducir la velocidad y adaptar la conducción a cada momento.
Conducir con lluvia
En días de lluvia el riesgo en la carretera aumenta considerablemente, la visibilidad se reduce, el asfalto se vuelve resbaladizo y la distancia de frenado se alarga.
Cuando la carretera está mojada, se necesita mayor distancia para detener el vehículo.
Además, cuando la lluvia, se mezcla con la suciedad y el polvo de la vía, esta se vuelve mucho más deslizante, por lo que conducir con la máxima prudencia es de gran importancia.
La distancia de frenado: con el suelo mojado la distancia de frenado es mayor, en distintas pruebas realizadas se ha demostrado que a 50 km/h la distancia de frenado puede llegar casi a duplicarse.
Reducir la velocidad, evitar maniobras bruscas, aumentar la distancia de seguridad y llevar los neumáticos en buen estado serán tus mejores aliados.
Un punto importante a tener en cuenta es el estado de los neumáticos, ya que son el único elemento de contacto con la carretera.
Si los neumáticos de tu coche no evacuan el exceso de agua, ya sea por deterioro o presión inadecuada, puede producirse el temido aquaplaning.
Si esto sucediera tienes que, sujetar el volante con firmeza, nunca frenar en seco y corregir suavemente la trayectoria.
Te recordamos que la profundidad mínima del dibujo de un neumático debe ser de al menos 1,6 milímetros, pero es recomendable no dejar que lleguen a desgastarse hasta ese punto.
Nunca te la juegues con unos neumáticos en mal estado, estarás poniendo en riesgo la seguridad.
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Conducir con nieve y hielo
Si con la lluvia tenemos que ser prudentes a la hora de conducir y aumentar la distancia de seguridad, con la nieve la prudencia debe ser todavía mayor.
Con nieve cualquier maniobra se vuelve mucho más complicada, y frenar o acelerar con suavidad es esencial para circular con seguridad.
En este momento llevar neumáticos de invierno en nuestro coche se convierte un gran aliado.
Cuando la temperatura es inferior a 7ºC, los neumáticos de invierno ofrecen más adherencia y reducen la distancia de frenado.
Además de que sustituyen a las cadenas cuando estas son obligatorias en carretera o ciertos tramos de vía.
Para conducir con buena visibilidad, mantén siempre en perfectas condiciones, los faros, retrovisores, y limpiaparabrisas de tu coche.